Este autodiálogo de Francesco Careri (profesor asociado, Università Roma Tre) traducido por Alessandra Merlo (profesora asociada del Departamento de Lenguas y Cultura, Universidad de los Andes) fue publicado originalmente con el título Autodialogo sulla produzione di utopie concrete, en Alessandra Criconia (a cura di), Una Città per tutti: Diritti, spazi, cittadinanza [Milano: Donzelli, 2019, 111-120] y anteriormente en el número 28° de revista Dearq el 01/01/2020 bajo el título "Francesco Careri, Autodiálogo sobre la producción de utopías concretas" (https://doi.org/10.18389/dearq28.2020.02) y forma parte de una colaboración conjunta de difusión.
Pregunta: La relación entre Henri Lefebvre y Constant Nieuwenhuys [1] frente a la producción de utopías concretas e interculturales se sitúa dentro de una reflexión central. Las utopías concretas e interculturales y su producción son temas que siempre han acompañado el recorrido de Stalker y también tus investigaciones académicas. Supongo que te has cruzado con el pensamiento de Lefebvre mientras escribías tu libro sobre New Babylon, la utopía nómada que concibió Constant. [2]
Respuesta: En muchas ocasiones, he hablado con Constant de Lefebvre. Después de dejar la Internacional Situacionista, Constant siguió viendo a Guy Debord; pero también mantenía contactos con Lefebvre, quien en cambio se había distanciado totalmente de Debord. Constant y Lefebvre siguieron en contacto y mantuvieron un intenso intercambio intelectual. El pensamiento de Lefebvre ayudaba a sustentar New Babylon y New Babylon alimentaba el pensamiento de Lefebvre. Por lo tanto, no es casual que el libro de Jean-Clarance Lambert, New Babylon. Art and Utopie, empiece justamente con una cita muy bella de Lefevbre: “Il faut distinguer les utopistes des utopiens, autrement dit l’utopie abstraite de l’utopie concrète […].La pensée utopiste explore l’impossible; la pensée utopienne dégage le possible”.[3] Son palabras que podemos leer imaginando por un lado a las vanguardias radicales; por otro, a los movimientos de lucha.
Las “utopías abstractas”, las de Superstudio y Archigram, han explorado lo imposible. Por lo contrario, las “utopías concretas” han sido probadas en las experiencias de lucha, en las Temporary Autonomous Zones de Hakim Bay, en las ocupaciones a partir de los años setenta hasta hoy, donde lo posible ha surgido y se ha vuelto una realidad inscrita una vez por todas en la historia de la humanidad. Definitivamente, esa cita es una barrera entre quien se entretiene y goza soñando con el pensamiento abstracto y quien se compromete en la construcción de un mundo nuevo, y lo hace poniendo en campo su propia vida, habitando de forma distinta este planeta.
P.: Me parece estar volviendo al conflicto entre el urbanismo unitario de Constant y la construcción de situaciones de Debord. Se le criticaba a Constant el hecho de construir sus investigaciones sobre megaestructuras abstractas que solo se hubieran podido realizar después de la revolución; mientras que la urgencia de Debord era justamente la de empezar a construir la revolución. En este sentido, ¿Constant es utopista o utopiano?
R.: Creo que Constant contestaría con las palabras de Lefebvre: “Il convient d’élaborer […] des projets urbanistiques très poussés comprenant des modèles, des formes d’espace et de temps urbains, sans se préoccuper de leur caractère actuellement réalisable ou non, utopique ou non (c’est à dire lucidement ‘utopiens’)”.[4] La fuerza de la Internacional Situacionista se ubicaba en la capacidad de mantener juntos el carácter abstracto y concreto en su idea de revolución radical de la sociedad. El problema radica, más bien, en que las vanguardias arquitectónicas siguientes han trabajado hacia el interior de un pensamiento exclusivamente disciplinar y no se han preocupado por producir utopías concretas, por experimentar en espacios sociales alternativos, al lado de los movimientos de lucha.
P.: Sin embargo, también New Babylon parece ser una utopía abstracta, hipertecnológica y visionaria.
R.: Un collage de New Babylon, realizado por su hijo Victor, muestra la nueva ciudad nómada como una gran megaestructura con la imagen de una arquitectura informal: parece una favela colgada a unos puentes. No hay nada hipertecnológico; las arquitecturas son autoconstruidas por los habitantes, con planchas metálicas y tablas de madera. Como si la utopía de Constant pudiera ser realizada por cualquiera, con medios improvisados, habitando y modificando constantemente los espacios con el cuerpo y los comportamientos propios de cada uno, sin necesidad de arquitectura, sin necesidad de grandes medios. Se trata del lenguaje que vemos hoy en las ocupaciones de viviendas en las que hay que adaptarse a los grandes contenedores urbanos en desuso, reactivados simplemente en el acto de habitarlos, dándoles una nueva vida. En este sentido, creo que el pensamiento de Constant ha sido verdaderamente concreto y capaz también de mirar hacia el futuro.
P.: Esta idea de ciudad nómada y autoconstruida, ¿está presente en el pensamiento de Lefebvre?
R.: Es probable que cuando Lefebvre escribía lo siguiente, estuviera influenciado por Constant: “Que l’imagination se déploie, nos pas l’imaginaire qui permet la fuite et l’évasion, qui véhicule des idéologies, mais l’imaginaire qui s’investit dans l’appropriation. À la ville éternelle pourquoi ne pas opposer des villes éphémères et des centralités mouvantes aux centres stables?”.[5] Parece describir la imagen de la que hablaba antes: centralidades móviles y efímeras que liberan y crean espacio para un imaginario nuevo, que desencadenan las potencialidades constructivas de los neobabilónicos, de esa nueva sociedad intercultural que hubiera estado en tránsito perenne después de la abolición del trabajo.
P.: Con Stalker, están trabajando desde hace muchos años los temas de la ciudad intercultural y del nomadismo, me refiero a la experiencia de Ararat y los proyectos realizados con los rom.[6] ¿Qué relación tienen con la realización de utopías concretas?
R.: La utopía, como la revolución, nunca se realiza. Tiene que estar siempre en transformación, siempre en tensión hacia un volverse otro. Ambas experiencias, aunque distintas, tienen un fuerte aliento utópico y neobabilónico, son el resultado de una postura compartida entre Stalker y muchos otros que han participado en su realización. Ararat es un edifico del antiguo Matadero de Testaccio, que ocupamos con los curdos en 1999. Contamos su historia en un libro inédito sobre Campo Boario, que sin embargo se puede descargar en línea en PDF. [7]
Se trató de nuestra primera gran acción multicultural y produjo un lugar de encuentro entre los curdos y las otras culturas urbanas. Estábamos tratando de producir una autorrepresentación de ese espacio, dejando interactuar, como si fuera un gran juego, los curdos con los rom kalderasha y las otras comunidades extranjeras que lo habitaban. Hoy han cambiado muchas cosas y sorprende que después de tantos años Ararat siga allí. Quizás sea la producción de espacio más importante que hemos realizado con Stalker. Es un modelo por razones distintas: se trata del único centro para refugiados dentro de las murallas de Roma; es un espacio que reactiva un patrimonio abandonado; la comunidad que lo habita ejercita su total autogestión y autodefinición. Nació como una ocupación ilegal y ha logrado encontrar distintas formas de legitimación, pero sigue estando lejos de una total institucionalización; por lo tanto, mantiene en vida la tensión necesaria de un espacio en lucha.
En veinte años, han pasado por Ararat veintitrés mil refugiados que allí han encontrado una cama, unas comidas calientes, una comunidad dentro de la cual pueden hablar su idioma y cultivar su cultura. Es un espacio al que se vuelve cíclicamente desde toda Europa, en espera de los tiempos burocráticos para obtener los documentos. Es algo absolutamente distinto a todos los otros centros de acogida institucionales. Es una utopía concreta, una invención que ha logrado conquistar su espacio y sobrevivir entre los pliegues del sistema, permaneciendo en su alteridad y sin dejarse nunca homologar. Una verdadera producción de espacio, en términos de Lefebvre.
P.: Y con los rom, ¿pudieron producir utopías concretas e interculturales?
R.: A propósito de la experiencia de Stalker con los rom, hace poco escribimos con Lorenzo Romito un libro en forma de autodiálogo, como esta entrevista.[8] Con los rom hemos tratado de enfrentar diferentes niveles del problema, buscando ofrecer en distintas escalas de respuestas que pueden parecer utópicas y visionarias: del pasaporte europeo transnacional a la autoconstrucción de un barrio balcánico. Se produjo una interacción cultural entre los rom y los gagi (los que no son rom), pero también entre los mismos rom, porque con la construcción de Savorengo Ker (la casa de todos) participaron personas que provenían de Montenegro, de Bosnia, de Macedonia y de Kosovo. Se trataba de una solución de vivienda para todos, no solamente para los rom. Pero también era una “casa manifiesto” que expresaba tridimensionalmente el eslogan que aparecía en las pancartas durante las marchas: “Somos rom, no somos nómadas, queremos casa”.
Desde hace varias generaciones ya no se consideran nómadas y la casa tenía que ser la primera, en un proceso de transformación del campo Casilino 900, en un barrio interétnico. Lo mismo había pasado con los barrios de Roma, que de arrabales de emigrantes meridionales se transformaron primero en barrios ilegales conectados a la red de infraestructuras y, luego, en “topónimos”, como se les llama en Roma a esas partes de la ciudad que nacieron informalmente y que se han ido legalizando. No obstante, para los rom todo esto es imposible. Para ellos, siempre se concibe una solución “aparte” y medidas especiales, también desde la izquierda, como si su forma de habitar no pudiera integrarse en el habitar de los demás. Los planes de desarrollo urbano prevén zonas residenciales para los gagi como nosotros; mientras que para los rom, los sinti y los caminantes, considerados nómadas, destinan zonas de servicio público como parqueaderos y camping. Sin embargo, si se piensa en una New Babylon solamente para ellos, esta se transforma en un campo de concentración monocultural, un ziganeur kamp, como en Auschwitz.
El problema de los rom es la separación que siempre los acompaña, ese apartheid que todos nosotros construimos sobre ellos. No solamente la separación de los que los consideran los últimos entre los diferentes, la casta de los parias, sino también la separación que se manifiesta como respeto hacia su cultura y su diversidad, una demarcación de la diversidad que resulta ser todavía más peligrosa porque está disfrazada de buenas intenciones. Durante la construcción de la casa, y en muchas otras ocasiones, logramos respirar una atmósfera neobabilónica, aunque diría que New Babylon todavía está muy lejos.
P.: Pasemos ahora a los nuevos condominios habitacionales interculturales, nacidos en el mundo de las ocupaciones de viviendas, que tú consideras un modelo de ciudad.
R.: Llegamos allí siguiendo justamente a los rom en su camino fuera del apartheid. Metropoliz es una exfábrica ocupada en 2009 por los Blocchi Precari Metropolitani, la primera ocupación que ha decidido incluir a los rom en la babel de migrantes provenientes de todo el mundo. Gracias a ese primer paso, hoy hay rom en diferentes ocupaciones y son considerados ocupantes como todos los demás. El mundo de las ocupaciones ha sido el único en quebrar el apartheid.
Es un mundo ampliamente inclusivo, que en los últimos diez años ha empezado a abrirse respecto a su inicial aislamiento y hasta a producir espacios abiertos a la ciudad, espacios inéditos, parecidos a centros sociales, pero definitivamente más complejos, con familias, niños, ancianos, un mundo sin duda mestizo. Allí nació el proyecto Pidgin City, un intento de relatar esa ciudad de habitantes de origen árabe, africano, italiano, suramericano y europeo del este, que para entenderse tienen que empezar a mezclar palabras de todos los idiomas, como en la Torre de Babel, hasta darse cuenta de la invención de un lenguaje propio, un mundo propio, construido a partir de vivir juntos entre diferentes, con todas las relaciones que esto comporta, incluyendo los conflictos.
Después de la película Space Metropoliz y el nacimiento del Museo dell’Altro e dell’Altrove (Museo del Otro y el Otro Lugar), [9] empezamos a colaborar en la ocupación del Porto Fluviale, que para abrirse a la ciudad había inaugurado su sala de té y para contarse había producido la película Good Buy Roma.[10] Con el Laboratorio Arti Civiche (Taller Artes Cívicas),[11] participamos en la producción de la plaza interior, en un primer momento proponiendo que los vehículos no parquearan allí, luego produciendo un imaginario portuario de barcos que vuelan y se columpian y pintando la entrada como si fuera el umbral de otro mundo.
Mientras tanto, Blu[12] pintaba la famosa fachada y se abrieron espacios como el circotaller, el ciclotaller y el taller de orfebrería. En los últimos años con Stalker, y como Noantri Cittadini Planetari (Nosotros Ciudadanos Planetarios), empezamos también a conocer e interactuar con Spin Time Lab, la ocupación de Action, que tiene espacios comunes muy concurridos como la taberna y el auditorio, y a hospedar la redacción de la revista Scomodo, redactada por jóvenes de veinte años. Los tres movimientos de lucha por la vivienda —Bpm, Coordinamento y Action— hoy ofrecen no solamente la vivienda a miles de personas, sino que son el único proyecto en la ciudad realmente inclusivo, intergeneracional, y en el que se produce una cultura y una visión distinta del mundo.
P.: Supongo que es justamente a partir de estas experiencias que en el presente están trabajando con un grupo de investigadores en un proyecto que lleva un nombre curioso, CIRCO. ¿De qué se trata?
R.: CIRCO es un acrónimo que está por Casa Irrenunciable para la Recreación Cívica y Hospitalidad, y es un proyecto que estamos adelantando desde el otoño de 2017 en el interior del Taller de Proyecto Arquitectónico y Urbano del Máster de Roma Tre. Es un curso que comparto con el profesor Fabrizio Finucci,[13] un grupo numeroso de jóvenes investigadores[14] y muchísimas contribuciones externas. En el primer año, realizamos con ellos un amplio mapeo de los “residuos de la ciudad”, y en el segundo, un intento para aplicar la idea de CIRCO a un territorio específico, el Istituto Romano San Michele en el barrio de Tor Marancia. Es un proyecto que propone usar los espacios abandonados para sustituir la máquina de la acogida con una red de lugares fundados en la hospitalidad. El acrónimo hace referencia explícita al imaginario del circo: ese lugar colorido, mágico, nómada y ajeno a la ciudad, orgulloso de su diversidad, que se acomoda en terrenos residuales, de descarte, donde cada circense tiene sus tareas que confluyen, sin embargo, en un proyecto común.
P.: Me parece que en el acrónimo la palabra más importante es hospitalidad. ¿Por qué sustituir acogida con hospitalidad?
R.: Empezamos a investigar esta palabra con Stalker y No Working en el proyecto Xeneide: el don del otro. Mitos, prácticas, poéticas de la hospitalidad. La idea era la de retomar el mito de fundación de Virgilio para volver a fundar Roma a partir de la hospitalidad del extranjero, de volver a leer y volver a proponer el mito de Eneas, prófugo troyano que al escaparse de la guerra y al llegar a la región del Lazio, después de enfrentar los peligros del Mediterráneo, emprende la fundación de Roma. Xeneide retoma la palabra griega xenía, el don que el hospedante le hace al huésped, pero se refiere más en general al complejo de reglas recíprocas que construyen la hospitalidad, que en el mundo antiguo era sagrada. El proyecto produjo una primera experimentación en el espacio del don en el Auditórium de Roma y luego, junto con el curso de Artes Cívicas, ha vuelto a recorrer a pie el viaje de Eneas de la playa de Torvaianica hasta la cima del Monte Cavo, en los Montes Albanos.
Mientras que acogida es una palabra unidireccional, que hace referencia a las necesidades, las cobijas, los platos calientes, la asistencia legal y sanitaria, la atención a los cuerpos, y no a las personas y sus deseos; hospitalidad se construye en un intercambio recíproco, mira al huésped como a un portador del don de cultura y recursos. Y bajo sus vestimentas siempre podría estar escondida una divinidad.
P.: La de ustedes es, por lo tanto, una propuesta alternativa al sistema actual de acogida de los migrantes. ¿De qué críticas nace?
R.: Para la acogida de los migrantes en Italia se ha destinado mucho dinero, del cual desafortunadamente muchos se siguen aprovechando, como se vio con el escándalo de Mafia Capital.[15] Una persona adulta que esté pidiendo asilo vale 35 euros al día; un menor de edad, 45 euros. El Estado invierte en acogida 4500 millones al año. De los que piden asilo, solamente el 15 % entra en el Sistema de Protección para Solicitantes Asilo y Refugiados (Sprar), un sistema virtuoso del que se encargan los municipios y que, en la actualidad, después del ataque al modelo Riace,[16] se está desmontado. La gran mayoría queda en los centros de acogida para solicitantes asilo (CARA) y en los Centros de acogida extraordinaria (CAS), que al ser una estructura de emergencia tiene menos controles y queda mayormente expuesta al fraude.
Dos años después del gran éxodo del verano de 2015, Roma se ha vuelto la única gran capital europea sin la redacción de un plan oficial para la acogida de los migrantes: sigue siendo una ciudad en la que no solamente no es posible ser hospedados, sino donde hospedar es una acción imposibilitada por todos los medios. Esto fue evidente en la experiencia de Baobab, una red ciudadana de solidaridad y acogida para migrantes denominados en tránsito, que organizó un espacio de acogida informal cerca de la estación Tiburtina, desalojado definitivamente después de interminables acontecimientos.
La cuestión de los migrantes es compleja y variada; por desgracia, diferenciada en distintas categorías: los migrantes “económicos”, que prefieren no quedar registrados en Italia y que buscan llegar al norte de Europa; los que a pesar de haber tenido el estatus de refugiado, ya terminaron el periodo de acogida y no saben adónde ir; los dublinados, que Europa devuelve a causa del tratado de Dublín, según el cual es obligatorio pedir asilo en el país donde se desembarca, e infinitos otros casos, imposibles de categorizar. Hasta que la ciudad no entienda que los migrantes son un recurso y no un problema, no se harán muchos pasos hacia adelante.
P.: En fin, lo que falta no son los fondos, sino una visión y un proyecto.
R.: Con la plata destinada a la acogida, la ciudad podría renovarse en su totalidad. Habría que transformar el problema de los muchos espacios abandonados en un recurso para todos, donde se produzcan formas de habitar, servicios y cultura. La primera búsqueda de CIRCO ha sido el mapeo de los “residuos de la ciudad”, como los llamamos, clasificados según distintas categorías: los cuarteles militares, los depósitos de la ATAC (la empresa de transporte de Roma), los cines, los teatros, las escuelas, las estructuras deportivas, las estructuras de salud, los bienes eclesiásticos, las fábricas en desuso.
Queremos habitar y recuperar estos “residuos” como lugares híbridos, porosos, inclusivos, inéditos, donde se vuelva a proponer la cultura abriendo espacio al otro: al rom, al migrante, al estudiante fuera de sede, al trabajador temporal, al artista, al artesano, al viajero, al que no tenga residencia fija y también a los turistas. Los estudiantes han desarrollado diferentes tipologías escogiendo para la sede del proyecto uno de los edificios.
Tuvimos la ocasión de contar esta experiencia a la alcaldesa Virginia Raggi, pero parece que al momento de enfrentar el problema de los migrantes, el municipio no estaba especialmente dispuesto a seguirnos. Luego hemos respaldado con nuestra investigación la acción de Noantri Cittadini Planetari, que en conjunto con Scomodo y otras realidades de la ciudad, ocupó simbólicamente durante un día el Palazzo Nardini, un palacio del siglo XV que fue la primera sede del municipio de Roma, para denunciar el intento de venta.
P.: Creo entender que también el proyecto CIRCO encuentra dificultades para transformarse en una utopía concreta. ¿Cómo estuvo la última experiencia en el Istituto Romano San Michele en Tor Marancia?
R.: Todavía está en acto y no es quizás el caso de sacar conclusiones. Es un intento de adaptar la idea de CIRCO a través de un diálogo con las instituciones. San Michele es un gran instituto público de asistencia y beneficencia que depende de la Región Lazio; su misión es la asistencia a ancianos y administra una residencia especial para ancianos y una clínica. Sin embargo, su realidad es mucho más compleja; en su interior se hospeda un Sprar municipal, un centro de acogida privado, un centro para ancianos, una casa común de monjas laicas brasileras, la iglesia administrada por Sant’Egidio, la comunidad Emmaus, un ASL (empresa de salud local) y algunos pabellones del conjunto están ocupados por los movimientos de lucha por la casa, otros están parcialmente abandonados o ampliamente subutilizados.
Muchos de los sujetos que imaginamos para el “circo” ya están presentes, y existe un espacio para funciones nuevas, es un terreno fértil y ya empezamos a sembrar las primeras semillas. Estamos trabajando con sujetos particulares y hacemos que interactúen para que surja una visión común. No obstante, producir espacios innovadores dentro de las instituciones es quizás una hazaña realmente utópica.
Referencias
- [1] Pintor y escultor holandés, Constant Nieuwenhuys es entre los fundadores en París del grupo Cobra. En los años cincuenta y sesenta hace parte de la Internacional Situacionista y empieza el proyecto de New Babylon.
- [2] Careri, Constant. New Babylon.
- [3] “Es preciso diferenciar a los utopistas de los utopianos o, por decirlo de otra forma, las utopías abstractas de las utopías concretas […]. El pensamiento utopista explora lo imposible, el pensamiento utopiano libera lo posible”. Lambert, Constant. New Babylon: Art et Utopie, 7.
- [4] “Es necesario elaborar […] unos proyectos urbanísticos muy avanzados que incluyan modelos, formas espaciales y tiempos urbanos, sin preocuparse por su carácter actualmente realizable o no, utópico o no (es decir, explícitamente ‘utopianos’)”. Lefebvre, “Le droit à la ville”, 33.
- [5] “Qué se despliegue la imaginación, no el imaginario que permite la huida y la evasión, que vehicula ideologías, sino el imaginario que se realiza en la apropiación. ¿Por qué no oponer a la ciudad eterna unas ciudades efímeras y a los centros estables unas centralidades mutantes?”. Ibid., 33.
- [6] En Europa se prefiere generalmente usar el término rom al de gitanos [nota de la traductora].
- [7] El libro autoproducido en 2009 y titulado Circles/Campo Boario, de Stalker/Osservatorio Nomade, puede ser descargado en https://stalkerpedia.wordpress.com/circles/.
- [8] Careri y Romito, Stalker/On. Campus Rom.
- [9] Space Metropoliz es una película de 2013 de Fabrizio Boni y Giorgio de Finis, coproducida por Irida Produzioni e Inside Productions, que propone la metáfora de la luna para contar la ocupación de la fábrica. Giorgio de Finis es el curador que ha guiado la operación del Museo dell’Altro e dell’Altrove y ha transformado el Metropoliz en un museo habitado para promover y defender la ocupación.
- [10] Good Buy Roma es una película de 2011 de Gaetano Crivaro y Margherita Pisano que relata la ocupación de Porto Fluviale. Un extracto de la película está en https://vimeo.com/294356852. Más información en: https://goodbuyroma.wordpress.com/.
- [11] El Laboratorio Arti Civiche (LAB) es un grupo de investigación del Departamento de Estudios Urbanos de la Universidad Roma Tre, activo entre 2009 y 2015. Sobre su trabajo en el Porto Fluviale, véase Careri, Stalker/Savorengo Ker.
- [12] Blu es el seudónimo de un famoso grafitero italiano. Ha realizado sus obras en muchas ciudades del mundo, incluyendo América Latina y Bogotá [Nota de la traductora].
- [13] El profesor Finucci enseña Estimación Catastral en la Facultad de Arquitectura de Roma Tre, con un acercamiento muy útil para el proyecto Circo, puesto que valora no solamente el beneficio económico de un proyecto urbano, sino también el beneficio social.
- [14] Circo es una investigación elaborada en el interior del Taller de Proyecto Arquitectónico y Urbano que ha involucrado, en momentos distintos: Stalker/Noworking, Ararat, Atac, Baobab, Caritas, Civico Zero, Liberi Nantes, Scomodo, Sprar Poggio Mirteto, Unione Inquilini. Han contribuido al Taller Giula Marzocchi, Giorgio Sokoll, Max Catena, Janet Hetmann y las compañías de danza Dom y Louma.
- [15] Por mafia capital se denomina la conivencia en los últimos años entre instituciones, empresas y el sistema mafioso en la capital italiana. El término alude al de Roma capital, que designa la entidad territorial y administrativa de Roma [Nota de la traductora].
- [16] El Modelo Riace hace referencia al sistema de integración de los migrantes en el tejido social y económico, según ha sido promovido e implementado en el municipio de Riace (Calabria) con la alcaldía de Mimmo Lucano. El mismo modelo ha sido desmontado y delegitimizado en los últimos años, sobre todo durante la gestión del ministro del Interior, Matteo Salvini [Nota de la traductora].
Bibliografía
- Careri, Francesco. Constant: New Babylon, una città nomade. Roma: Testo & Immagine, 2001.
- Careri, Francesco. Stalker/Savorengo Ker: Dal campo nomadi alla casa di tutti. Roma: Linaria, 2015.
- Careri, Francesco y Lorenzo Romito. Stalker/On: Campus Rom. Matera: Altrimedia, 2017.
- Lambert, Jean-Clarence. Constant. New Babylon: Art et Utopie. Textes situationnistes. París: Cercle D'Art, 1997.
- Lefebvre, Henri. “Le droit à la ville”. L’homme et la Societé, n.º 6 (1967): 29-35. https://doi.org/10.3406/homso.1967.1063